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lunes, 17 de enero de 2011

Los imlers de Arpago

Una nueva obra maestra del fantástico Luciano Díaz Veral, puntal del movimiento liberal latinoamericano. Arpago es una pequeña localidad andina en el Perú, marcada por el aislamiento y la pobreza. Un joven de la localidad es el protagonista de la obra, se trata de Guillermo. Guillermo tiene 15 años y ha comenzado a sentir cosas diferentes en su cuerpo y sobre todo en su mente. La obra transcurre cuando Guillermo es sorprendido mirando fotografías de modelos masculinos en el abrevadero de la fuente chica del poblado.

El calvario del joven comienza esa misma tarde, siendo apaleado por los dos vecinos que lo descubren y quedando marcado por su condición sexual. Guillermo es hijo de una mujer abandonada, "la Marcia", que tratará por todos los medios de conseguir que su hijo se enamore de su prima Faustina.

Las negativas del muchacho provocarán frecuentes palizas por parte de sus propios hermanos mayores, el aislamiento de todos los vecinos del poblado y las presiones redobladas de "la Marcia" sobre el muchacho. La fuerte tensión emocional en la que nos sumerge el libro nos permite ver las dudas de Guillermo sobre su propia condición, su aceptación de si mismo y la desesperada lucha por lograr ser aceptado por el resto de sus familiares y vecinos tal como él se siente.

Las humillaciones, golpes y palizas se suceden con apasionada y minuciosa descripción. Sin embargo la muerte de un sobrino de 12 años de Guillermo en las afueras del pueblo provoca un estallido de ira. Los propios hermanos de Guillermo lideran la turba que lo culpa y asalta su casa. Lo sacan a golpes a la plaza, donde es juzgado y condenado, dándole muerte el pueblo a pedradas de forma brutal.

El cura de la parroquia, que atiende varios poblados nota su ausencia y lo denuncia a las autoridades. Estas mandan requerimiento al alcalde del pueblo, "el Cachu Martinez", el cual manda una lacónica nota firmada con los pulgares manchados en tinta de todos los vecinos que reza así: "Al muchacho lo dieron muerte los imlers esos de Europa que se vinieron acá en la guerra. Está enterrado cristianamente junto a su sobrino. Su familia ha puesto dos cruces."

La respuesta es recibida y archivada y una secretaria escribe en la ficha de la administración de Guillermo Eduardo Rondo Eleni "muerto por los imlers de Arpago".

Sin duda estamos hablando de un libro de fuerte sensibilidad, una denuncia del estado de atraso de buena parte de la comunidad indígena latinoamericana, abandonada al punto terrible de la justicia comunitaria y la nota mortuoria final y de la intolerancia de estas comunidades aisladas y pobres para con cualquier diferencia. Díaz Veral vuelve a llevarnos a un escenario que parece a varios siglos de distancia y solo está a unas horas de avión.

Una obra que nos cuenta una historia común, en su brutalidad, en su sencillez y en su descarnado final.

1 comentario:

Ma no lín ( con acento y tilde en la "í" y haciendo todos los silencios) dijo...

de esos libros qye te dejan buen cuerpo....

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