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lunes, 10 de enero de 2011

Ayer fue Marianela

Ayer fue Marianela es la opera prima del escritor asturiano Francis Lamota. Es una novela ágil y triste, que lleva al lector a los más recónditos recovecos del alma humana, haciendo del dolor de su protagonista un alegato del desamor, de su soledad un arquetipo de lo vacío de nuestra sociedad y el de su muerte un siniestro presagio de nuestro tiempo, sino de nuestra civilización.

Marianela es una joven estudiante de historia del arte, influenciada por lo gótico. Su universo mental está tejido de raíces fantasiosas, de un romanticismo victoriano y de un marcado prototipo del amor verdadero. Bajo la apariencia de Poe y Bauhaus se esconde un corazón frágil y un alma solitaria.

La historia transcurre en el tercer año de carrera de Marianela, con frecuentes flashbacks que nos sumergen irreversiblemente en el pasado de Nela y nos permiten conocerla y comprenderla al punto de empatizar posteriormente con ella y sus desgracias. Enamorada de Víctor es utilizada por este sin piedad para sus escarceos sexuales y su ascenso académico. La efímera flor de la felicidad de Nela languidece al comprobar el doble juego de Victor.

El drama se desarrolla entones con tintes sórdidos, narrando los últimos días de Marianela, perdida y sola en medio del mundo. Desfasando en busca de alivio, sin que nadie de su entorno se preocupe de nada más que de las molestias que causa en su caída.

El patético final de la obra se puede interpretar de forma clara como un vaticinio sobre el individualismo egoísta de nuestra sociedad, la derrota de la esperanza y de la ilusión. Una obra sin duda que llama a la reflexión sobre la sociedad que venimos creando y la indiferencia con la que miramos los desastres ajenos.

Francis nos presenta a Marianela como una alegoría de lo puro; a la par que como un universo contradictorio entre su apariencia y sus sentimientos y abre el complejo debate de la dicotomía de lo deseado y lo necesario. Una obra de filosofía en formato de novela, amena, sensible e inspiradora.

No podemos evitar ver en esta obra un "remake" del Marianela de Galdós, donde el autor con clínico bisturí disecciona la sociedad de nuestro tiempo, mostrándonos que no es tan diferente en sus incongruencias con la muy criticada sociedad decimonónica.

Es pues un libro indispensable, que ayuda a derribar con sus punzadas la gélida piedra que rodea los corazones de tantos ciudadanos y que llenará las cabezas de preguntas sin resolver, pues el autor no se atreve a plantear soluciones, dando el énfasis en la crítica, deja un abierto final al albedrío del lector.

Hunde esta obra sus raíces en los grandes autores españoles de principios de siglo, no hemos podido evitar señalar su evidente deuda con Galdós, pero el final es totalmente valleinclanesco.

Terminamos citando una de las frases más demoledoras de Marianela: "las sombras son los abrazos, el silencio los poemas y la soledad los besos, que Victor nunca me ha dado".

1 comentario:

Lara19 dijo...

Y yo que pensaba que era un libro rollo Melrouse Place...ahora que hago yo que mis venas cortadas.

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