Nina H. Adrada nació en Almería como resultado de una noche plagada de alcohol, drogas y gente sin escrúpulos.
Pasó su infancia cambiando continuamente de lugar de residencia debido a la profesión de su madre, bailarina de espectáculos nocturnos. Quiso seguir los pasos de su madre, pero ésta estuvo a punto de demandarla por copiarle la coreografía del que en aquel entonces era su más preciado baile. Esta pelea familiar que rozó el plano legal, hizo que se replantease su futuro y que se quebrase su confianza en el ser humano. Una vez independizada creó la Fundación de Bailarinas tullidas por accidentes trágicos (la Fundación BATAT) y se realizó a través de esa gratificante actividad. Los motivos por los que fue invitada a abandonar se desconocen. Probablemente se debió a su carácter neurótico que le inutiliza inconscientemente partes de su cuerpo cada cierto tiempo.
En la actualidad, y tras años de medit(¿c?)ación y relajantes clases de cocina australiana cuenta con la serenidad necesaria para darse a su vocación hasta hace poco oculta y que descubrió en su época de manca: escribir. Ha ganado diversos concursos municipales de gran prestigio y cuenta con una personalidad muy aclamada en el mundo digital.
De momento contamos con su muy estimada y brillante presencia en nuestro blog.