El Señor de los Anillos (Parte VI)

Poncho Bolsón, tatarasobrino de Frodo Bolsón, descubre que su advenimiento genético hacia las inclinaciones aventureras de la familia, se fundamenta en el desarrollo de su principal pasión; la antropología. Comienza así un viaje iniciático en el que el incombustible Gandalf, junto con 14 enanos elegidos al azar de entre los enanos de una cueva también elegida al azar, lo manipula para realizar un austero y tortuoso viaje hacia tierras meridionales. Después de complejas investigaciones bibliográficas observan que tras las fétidas y humeantes carnes de lo que consideraban el hallazgo de una nueva raza de la Tierra Media, se esconde una epidemia orcovírica. Los infectados deambulan muertos, fotofóbicos y con apetencias gastronómicas asesinas.

En la que se conocerá en el futuro como una de las más sublimes adaptaciones cinematográficas, Peter Jackson; director, productor y árbol de atrezo, afirma que a pesar de su dilatada experiencia en la universo Tolkien, nunca había sido partícipe de un reto de semejantes dimensiones en el que la mitología medieval y la mitología moderna se funden de una manera tan coordinada.

El aclamado director se hizo con un misterioso y desconocido manuscrito firmado por J.R.R. Tolkien de cuya procedencia rehúsa a dar explicaciones. Si bien es cierto que meses antes de que se presentara dicho hallazgo, se producía la profanación de la tumba del célebre escritor. Jackson niega tener alguna vinculación en la intromisión de las intimidades ultratumba de literatos sudafricanos. Las fuerzas policiales justificaron dicha vulneración de la moral judeocristiana como un acto de vandalismo común y no como un delito pirático literario. No obstante, las pesquisas más sensacionalistas advierten ciertas sospechas en los círculos intelectuales y masónicos, en las que se exhibe el rechazo hacia la veracidad de las declaraciones del poseedor, hasta ahora legítimo, de la última obra de Tolkien.

Pese a esto y aunque las denuncias de la familia Tolkien contra Peter Jackson, en las que lo acusan de profanador de tumbas y necrófilo, hayan colmatado de polémicas el estreno de esta obra maestra, no habrá litigio abierto que pueda evitar que el filme llegue a nuestras salas.

Curiosamente, y como todos nuestros lectores saben, la publicación del libro tendrá lugar 6 meses después del estreno de la película. Según comentan desde la secretaría de producción, “la publicación literaria post-filme, es un género que nace hoy y que en el futuro se hablará de Peter como un verdadero visionario”. Por su parte Tom Cruise, que encarna al hobbit protagonista, ha aportado un testimonio de connotaciones cienciólogas; “la maduración del personaje ha conmovido mi más tierna retrospectiva y he de añadir que mis allegados serán partícipe de mis éxitos. Peter Jackson es un retorcido cuentacuentos lleno de carisma y virtud que intenta demostrarse a sí mismo hasta en el entorno cotidiano más ordinario”. A lo que Peter Jackson respondió días después, sin estar seguro del sentido peyorativo de las palabras de Tom, “Era el actor perfecto ya que encarna, sin necesidad de trabajo actoral previo, la faceta más ingenua, simple y obtusa del mundo Hobbit. La única complicación es que con él hemos tenido que desechar las técnicas que ya dominábamos en el contraste de alturas, será él el único actor Hobbit al que hemos tenido que buscar medios para hacerlo parecer más alto de lo que es. No obstante es un genio de la interpretación”.

Así, a pesar de este sórdido telón de fondo, se prevé que la aceptación que el público le otorgue a “EL SEÑOR DE LOS ANILLOS VI” sea equiparable al menos, a los anteriores trabajos en los que Peter Jackson ponía en valor a la obra del señor J.R.R. Tolkien.