El joven norteamericano David Rothstein ha vuelto a asombrarnos con su novela "Así muere un zelote", su segunda publicación tras una controvertidísima opera prima: el ensayo político "El trasfondo homoerótico del conflicto arabe-israelí".
Esta novela histórica que sostenemos entre nuestras manos reimagina el asedio de la fortaleza judía Masada en la primera guerra Judeo-Romana. Rothstein nos pone en la piel (literalmente sobre su piel... la mayor parte, en concreto, en la que se sitúa de cintura hacia abajo) de Judas, un guerrero zelote judío que lleva toda su vida luchando contra la dominación romana y que se encuentra, a la vez, restringido por las celosas costumbres morales dictadas por su religión. Esta dualidad, que entierra al personaje bajo un evidente simbolismo edípico, se nos muestra de manera brillante en aquellas páginas que no se dedican por completo a detallar las relaciones sexuales entre fornidos luchadores israelitas.
Porque, en efecto, Rothstein lo ha vuelto a hacer: genera toda una vorágine de sentimientos, un agujero negro de agujeros negros en el que los celos, dominación, poder y un extremadamente rizado vello púbico se erigen (y no hay mejor palabra para usar en este contexto) en los máximos protagonistas del relato. El autor nos guía en un camino tortuoso que acaba, tal y como nos cuenta al historia, con el suicidio de la resistencia judía, pero que se nos presenta en esta novela como el resultado de crímenes pasionales y amores no correspondidos entre las filas de los aguerridos combatientes.
Toda una maravilla literaria que sólo podría ser comparable a un Quijote transexual o a un relato de Templarios aficionados al transformismo porque, ¿no era acaso otra novela histórica gay lo que necesitaba la literatura?
David Rothstein es un joven autor nacido en Tel-Aviv el 4 de junio de 1985, poco aficionado a acabar vestido las fiestas a las que acude y que cuenta sus ventas literarias en la misma proporción que las causas que tiene abiertas con la justicia por exhibicionismo.
1 comentario:
Gran novela. Yo leí la traducción italiana. En la biblioteca municipal del Vaticano hay varios ejemplares, no sé cómo, en la sección de literatura infantil.
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